sábado, 11 de agosto de 2012

UN CUENTO "SOCIAL": LA GUERRA ENTRE LAS FRUTAS Y LAS VERDURAS.


Había una vez un país maravilloso llamado “Nutrilandia”. Era un lugar donde reinaba la tranquilidad, igualdad y convivencia entre las frutas y verduras. Ellos compartían sus actividades cotidianas, las realizaban sin recriminarse entre ellos a pesar de pertenecer a distintos géneros. Se consideraban como hermanos, que trabajan para poder salir adelante y no sufrir las necesidades que la naturaleza les dejaba.

 Cierto día las frutas se percataron de que su territorio se iba reduciendo y estaban cada vez más arrinconados. Grande fue su sorpresa al ver que las verduras les habían quitado varias hectáreas de terreno por debajo de la tierra; pues eran nada más ni nada menos la papa y la zanahoria las que se habían extendido demasiado con sus hijos. Esto traería un fuerte desequilibrio ambiental entre ambos géneros.

“Hagámosle una ensalada de verduras por su traición”, decía la Piña, quien era la más fuerte y dura de las frutas. “Mejor, los convertimos en una tortilla”, replicó el Plátano, quien era el mas ligero y alto del grupo. “Tranquilícense todos”, dijeron los jefes de ambos grupos (era el Brócoli y la Manzana).“Hemos encontrado una solución a todo esto y lo definiremos jugando futbol”. “¿! Futbol!?”, replicaron todos sorprendidos.

Y así fue, acordaron en que el equipo ganador del partido se quedaría con el pedazo de terreno que estaba en disputa. Entonces, todos se alistaron para el enfrentamiento que se realizaría en el estadio “Monumenfrutas”, porque ellos eran los perjudicados y les correspondían ser locales.
Dentro del equipo de las verduras estaban: El Cabezón Brócoli (como arquero), el Negro Cebolla, el señor Cara de Papa, el conejo Zanahoria y  el señor Nabo. Mientras que en el equipo de las frutas habían: La recia Piña (como arquero), el ágil Plátano, el señor Manzana, la agria Naranja y el gordo Mango. Finalmente como la pelota quedaría el señor Limón, quien aceptó gustosamente que lo patearan en este partido.

Se dio el pitazo inicial y las frutas empezaron el partido. El ágil Plátano salió rápidamente llevándose al conejo Zanahoria, haciéndole una guacha al señor Nabo, hasta que se detuvo y empezó a llorar. Era el Negro Cebolla, quién le  había detenido empleando las capas de su cuerpo, que emanaban un liquido irritante a los ojos de cualquiera. Al recuperar el Negro Cebolla el balón, le paso al señor Cara de Papa, quien apuntó y disparó tan fuerte que mandó a volar a la Piña y todo su caparazón quedó como chapitas regadas por el suelo. Era el uno a cero.

Las frutas se recuperaron rápidamente y se fueron al ataque al mando del gordo Mango, quien utilizaba su cuerpo para tumbarse a la Zanahoria, quien quedó aplastada como si la hubieran sembrado de nuevo. Pasa la pelota al señor Manzana, quien da un centro al  ágil Plátano; al recibir el Plátano, prepara su disparo y patea. Fue tanta le fuerza, que la pelota de limón se llevó de encuentro la cabeza del Brócoli dejando al descubierto su calvita. Era el uno a uno.

Pasaba los minutos y no llegaba el desempate. Los jugadores se notaban agitados y con ánimos de rendirse hasta que se  oye un “casi”, de parte de las frutas. La pelota había chocado en el palo.

Sonó el pitazo final. Habían empatado y no encontraba una solución a sus problemas de terreno. Sin embargo, hizo su aparición la sabia y vieja Espinaca, quién era una anciana que conocía todo los problemas en su planeta. Ella les propuso que no debería haber otro partido porque no se percataban que se estaban dividiendo y no estaban siendo hermanos como antes y peor aun, no se alistaban contra la naturaleza, que se acercaba con un invierno intenso y devastador.

Foto referencial: Internet

Pensativos las frutas y las verduras, se miraban unos a otros sin saber qué decirse ya que la anciana tenía razón. Entonces decidieron que a partir de ahora no harían partidos por dividirse, sino que se unirían más que antes para no perder esas costumbres que tenían como hermanos y no dejarse contagiar de cosas negativas como su vecino planeta, LA TIERRA.


Foto referencial: Internet




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