Son las 6:10 de la mañana y me encuentro apurado, con mucho frío, mirando el reloj, mirando el segundero girar avasalladoramente, en un paradero colmado de gente de todas las clases sociales, quienes esperan una combi (al igual que yo un “plomo”) que los lleve a Lima en esta estación de invierno.
“Plomo” es una jerga empleada por los cobradores contra esos pasajeros, como yo, que penosamente toman el carro desde el inicio de su paradero (Chosica) para bajarse en la última parte de su recorrido (caso mío la Av. Wilson ). Y te lo recalcan peor aun si pagas medio pasaje: “Otro plomo que sube”, te dicen.
Entre empujones, pisadas, gritadas, subo a la combi y “desgraciadamente” lo primero que me percato es que hay sitio pero al fondo, ¿al fondo? Ese asiento donde no se puede abrir la ventana y poder respirar cualquier cosa menos el aliento de las personas que se encuentran despanzurradas en la combi, ese asiento donde entran tres más y te sofocas de calor, ese bendito asiento donde te golpeas más por los baches que pasa. Ni modo, era un “plomo” y asiento es lo que faltaba en esa combi repleta.
Voy casi media hora de recorrido, acompañado de la tormentosa música reggetonera, esa música que me gustaba cuando tenía 16 años pero que ahora la aborrezco como nunca por tener que escucharla todo el camino; es decir, casi dos horas.
La combi hace su primera parada y sube (aparte de pasajeros) el típico vendedor de carita triste, polo sucio, zapatos gastados, ojos deprimentes y con una voz melancólica. Esto es una clara muestra de cómo está nuestra sociedad tan paupérrima y luego nos dicen que tenemos “un crecimiento económico” pero nunca un “desarrollo económico”, en fin no va al caso en esto que les escribo.
Son, en ciertas oportunidades, innumerables las veces en que suben los vendedores; ellos buscan llegarte al sentimiento para que les puedas comprar un caramelo, llaveros o un “wafer arequipeño” a solo cincuenta céntimos. Si no te convencieron con la historia que te dijeron (sea cierta o no) y estás acompañado, fuiste porque serás una clara victima de su “floro” o sus insultos.
Casi una hora de recorrido (acompañado obviamente de la música reggetonera a todo volumen) mirando el paisaje, sus árboles, el río, las chacras, escuchando un poquito al viento, algunos caballos arando la tierra, gaviotas volando por algún bocado que pueda encontrar para sus crías, sintiendo el sueño enrollarme. Eso es lo bonito de esta parte de mi ruta porque estoy por un valle aún; esos valles que empiezan a desaparecer en Lima para convertirse en zonas “modernas”. Sin embargo, la imagen de mi ruta de “plomo” va cambiando.
Suena el claxon, escucho silbidos, sonidos de maquinaria pesada, hay gritos dentro de la combi que dice “avanza tortuga”, “ábrete a la izquierda” y un pitazo hace detener a la combi para que crucen los peatones. No podía creer que la imagen de hace un momento había cambiado radicalmente y ahora todo era distinto: Concreto, pistas en mal estado, casas llenas de polvo, bulla de las combis que a la vez emanaban humo que nosotros inhalábamos. Estaba sumergido en el “tráfico”; eso que a muchos disgusta, incluyéndome, y provoca el retraso para llegar temprano a la universidad o trabajo.
Voy cinco, diez, quince minutos esperando pasar esta congestión vehicular, gracias a nuestros políticos que se animan recién a realizar obras cuando la ruta hacia Chosica aumenta por su clima, en este invierno. Gran error al hacerlo con la Carretera Central , ya que es la única pista transitable por esta ruta.
Es parte de mi rutina pasar por esto; un “plomo”, como yo, que sabe en dónde roban, que sabe en dónde hay trafico (pero mayormente es incierto), sabe dónde va a subir la misma señora con su hijito a pedirte una limosna, conoce en qué parte veré nuevamente a esa chica tan hermosa a los ojos del hombre (claro, si es que sube a la combi donde me encuentro).
Hora y media, ya casi voy a llegar a la universidad. Yerbateros, San Luís, El Agustino,
Con su famoso Cerro San Cosme y su centro de reparaciones de autos para el pueblo (y la clase alta también) “San Jacinto”. Son un punto neurálgico entre la unión de Chosica y Lima; un cambio notorio para aquel principiante que va por primera vez por esta ruta.
Por fin, son las 7:50 de la mañana, casi dos horas de recorrido, de estar durmiendo en la combi, escuchando esa canción llamada “regguetón”, padeciendo en los tráficos, oyendo gente insultarse por no dar el asiento reservado (claro, eran chibolos también) me encuentro en la Vía expresa Grau y me levanto de mi asiento, quedó hundido como un “chifoncito”, avanzo pidiendo permiso, hasta llegar a la puerta donde está abarrotada de gente que baja en la Av. Wilson ( hoy llamada formalmente, Gracilazo de la Vega ) .
Antes de bajar, aseguro que mis cosas estén en su lugar. “Wilson baja”, le digo al cobrador, empezando mi recorrido hacia la universidad, cuyas calles mojadas, edificios enormes, el olor a humedad, me reciben acompañado de un frío que lo siento hasta los huesos.
Pensativo a veces, aburrido en otros, estar en la combi es parte de mi rutina de “plomo” que quisiera cambiar pero (por ahora) debo disfrutarlo de la mejor manera, pues son 2 horas de mi vida que es succionado por el largo viaje. Ahora, cruzando la pista para dirigirme a la universidad y poder entrar a mis clases, pienso que ya logré mi meta de ida pero que aún me falta mi retorno, el retorno del “plomo” hacia su hogar, su tranquilidad, donde no exista la palabra “tráfico”. Eso solo el destino de la combi chosicana que tome o me reciba, me lo hará saber.
Foto referencial : Daniel Pajuelo.
LO QUE NECESITAMOS EN ESTOS TIEMPOS QUE LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA NOS ALCANZÓ, ES SEGUIR CONSTRUYENDO LA VÍA ALTERNATIVA QUE LLEGA A HAUCHIPA Y PROLONGARLA HASTA CHOSICA,DE ESA MANERA LA VÍA DE EVITAMIENTO SERÍA USADO POR LOS VEHÍCULOS QUE PASAN DIRECTAMENTE A LAS SIERRA,
ResponderEliminarPERO PARA ESO DEBE HABER VOLUNTAD POLÍTICA,
HASTA DONDE TENGO ENTENDIDO, LA ALCALDESA SUSANA VILLARÁN YA APROBÓ PARA REALIZARSE ESA OBRA QUE TANTO NECESITA LA CARRETERA CENTRAL. ES CUESTIÓN DE TIEMPO EN QUE EMPIECEN LAS OBRAS POR LA RAMIRO PRIALÉ, PASANDO POR CARAPONGO, ENTRANDO A ÑAÑA Y SUCESIVAMENTE. GRACIAS POR EL COMENTARIO. ¡SALUDOS!.
Eliminar