Entro al portón general de la Casa O¨Higgins y me dirijo al segundo piso. Al llegar, me llevo una gran sorpresa con el título que presenta la exposición de Daniel Pajuelo: “La Calle es el Cielo”. Incrédulo, pensé que sería sobre fotos abstractas o imágenes fuera de lo común. Sin embargo, una primera imagen me sorprende y me deja estupefacto: Era un cerro de El Agustino y había una foto con un niño durmiendo en la combi. Era tal cual como si la hubieran tomado ayer, pero con un poquito menos de resolución. Había entendido de lo que trataba, era una exposición de la Lima cotidiana. La Lima que es blanco y negro, de día y de noche. La Lima que ha demorado en cobrar su color, desde hace más de 50 años.
Foto: Daniel Pajuelo
Foto: Daniel Pajuelo
Saber que los intelectuales y políticos de los años 60, solo tenían la intención de legitimizar a una clase- la dominante- y consolidar una posición de unas cuantas personas -según Sinesio López- sin poner interés por realizar los cambios por la construcción de la Nación o del Estado, deja a la luz que los problemas de fondo solo se tocaban cuando el país entraba en crisis. Además, conocer que se dejaba de lado los pedidos o problemáticas que presentaba la sociedad, hace cuestionarse: ¿cómo entender la intención de querer cambiar nuestro país, si los intelectuales y políticos solo se preocupaban por el orden más no por el tipo de Gobierno?
Cámara de Daniel Pajuelo
Las consecuencias de estas disputas, diferencias entre políticos e intelectuales, hizo que la población empezara a desconfiar de los partidos políticos, de los intelectuales e iniciaran otra alternativa de ser escuchados. Es así que encuentran una alternativa en los sindicatos, por ejemplo, quienes se encargarían de expresar los problemas sociales, económicos y educativos de ese entonces. ¿Sirvió para solucionar los problemas en esta nueva década que vivimos? No lo creo.
Cajamarca, con el Proyecto Conga y el conflicto que se detuvo -por el momento- en la Provincia de Espinar, son muestras de que las personas encargadas de transmitir las peticiones –políticos, líderes e intelectuales- de la población, no realizan esa función y más se dedican a consolidar intereses personales. Un “Gregorio Santos”, buscando un puesto en el Gobierno. Un “Víctor Valdés”, velando por el cumplimiento de las peticiones de las transnacionales, son claros ejemplos de que el pueblo o la masa, quedará a la deriva - una vez más- tal como lo afirmó Sinesio Lopez.
Si Daniel Pajuelo estuviera vivo y tomara las fotos en los mismos lugares donde los capturó en los años 90, la diferencia no sería mucha, ya que el cambio más notorio que podría tener, es que la cámara tendría un mayor zoom de la realidad pero pocos “píxeles” para poder agrandar los lentos cambios que ha habido en nuestra sociedad.
Imagen: Implementos del fotógrafo, DANIEL PAJUELO
Foto: Alexander Gutierrez Alarcón
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